Creciente rechazo en Líbano contra sistema de contratación doméstica

Fuente: 
Prensa Latina
Fecha de publicación: 
23 Mayo 2019
Un rechazo cada vez más creciente surge en El Líbano contra el sistema de patrocinio kafala, diseñado para contratar trabajadores domésticos inmigrantes, tras informes sobre abusos, maltratos y suicidios.
 
Según reportes de organizaciones no gubernamentales, kafala atrapó a las domésticas foráneas en una red de maltrato que abarca explotación, trabajo forzado y trata de personas.
 
La ministra de Trabajo, Camille Abousleiman, emitió reiterados llamamientos para reformar ese tipo de contratación y tomó en cuenta recomendaciones de varias ONG, pero hasta ahora todo sigue igual.
 
De acuerdo con los términos de kafala, los domésticos inmigrantes están vinculados de una manera tal con su empleador que este último utiliza métodos de cualquier naturaleza, mientras el contratado carece de margen de maniobra.
 
No hay protección legal alguna para ellos, al tiempo que se otorgan amplios poderes a quienes contratan, refieren las ONG.
 
Se calcula que dos domésticos mueren cada semana en El Líbano por acciones suicidas o intentos fallidos de fuga.
 
Las ONG denuncian que la legislación laboral excluye a las domésticas, lo cual significa que casi un cuarto de millón de esas personas bajo ese sistema carece de protección legal.
 
Por esa razón, los empleadores obvian a su antojo horario laboral, descanso, compensación por horas extra y tampoco respetan licencia anual por maternidad o enfermedad.
 
Las inexistentes disposiciones legales sitúan a la nación de los cedros dentro de las violadoras de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, pese a ser signataria.
 
La vulnerabilidad de las trabajadoras domésticas extranjeras es de las peores del mundo, porque no hay ley alguna que las proteja, dijo Aya Majzoub, abogada opuesta al sistema kafala.
 
El único atadero legal consiste en el Contrato Unificado Estándar que, en 2009, convirtió en obligatorio un decreto del Ministerio de Trabajo.
 
Sin embargo, aún las condiciones laborales rayan en semiesclavitud; el contrato fija 10 horas diarias de trabajo y licencia anual remunerada.
 
Mientras, la residencia de un foráneo pasa a ser ilegal tan pronto como el contrato finaliza, lo que abre la puerta a desmanes del empleador.
 
Esa relación propicia chantajes y abuso, en tanto que el doméstico o doméstica se ve obligado a faenas onerosas y hasta aguantar maltratos físicos o psíquicos con tal de no perder su residencia, dijo Diala Haidar, activista contra ese método de contratación.
 
Una solución para evitar esa situación, podría ser la de pasar las condiciones y los contratos a instituciones estatales, lo cual, apuntó Haidar, ayudaría a limitar abusos.
 
Además de la falta de protección legal, los trabajadores domésticos son vulnerables a una amplia gama de acciones denigrantes como confiscación de pasaportes, retención de salarios y violencia física. Sin embargo, pocas y pocos denuncian esos casos por temor a no ser tratados de manera justa y por las consecuencias que podría tener para su residencia.
 
El periódico local Al-Akhbar comentó que algunos tribunales poseen copias de veredictos para casos de trabajadores domésticos en los que solo hay que escribir el nombre del presunto culpable.
 
Los jueces simplemente anotan nombres y nacionalidades, denunció la publicación.
 
Con anterioridad, la ministra libanesa de Trabajo declaró que no busca una abolición total de kafala.
 
No creo en la necesidad de cambiar por completo, según las sugerencias de las ONG, porque hay otros grupos que debo consultar, confirmó.
 
En todo caso, agregó, la idea es crear buena voluntad en los empleadores.
 
Farah Salka, de la ONG Movimiento contra el Racismo, asevera que el sistema kafala debería cambiarse por otro justo y garante de igualdad de derechos de todas las partes. 'Nadie debe estar en posición de control total sobre otro ser humano', resumió.
 
Armando Reyes