El partido de Imran Khan lidera el recuento provisional en Pakistán

Fuente: 
El País
Fecha de publicación: 
26 Jul 2018

Ni los trasnochadores, ni los madrugadores, han logrado ser los primeros en conocer los resultados preliminares de las elecciones del pasado miércoles en Pakistán. La Comisión Electoral ha retrasado el anuncio de los datos provisionales inicialmente previsto para las dos de la madrugada de este jueves (las once de la noche del miércoles en la España peninsular) debido a “un fallo técnico”. Mientras, las televisiones difunden que, con casi la mitad de los votos escrutados, el Movimiento por la Justicia (PTI) de Imran Khan lidera el recuento a gran distancia de su principal rival, la Liga Musulmana de Pakistán (PML), cuyos dirigentes denuncian violaciones flagrantes en el recuento.

“No hay conspiración, ni presiones para que se retrasen los resultados. La demora se debe a que se ha caído el sistema de transmisión de los datos”, ha asegurado ya de madrugada el secretario de la Comisión Electoral, Babar Yaqoob, ante la prensa.

El responsable ha sido incapaz de adelantar cuándo se haría el anuncio, lo que no ha hecho sino aumentar las sospechas de manipulación. El caos en el recuento sigue a una campaña enturbiada por las acusaciones de una interferencia inusitada del Ejército, verdadero detentor del poder desde la fundación de Pakistán en 1947, en favor del PTI. Ya desde la noche del miércoles, el hasta ahora gobernante PML había dicho que no iba a reconocer los resultados debido a las irregularidades "obvias y generalizadas".

Con el 48% de los votos escrutados, el PTI obtiene 113 escaños, el PML 64 y, el tercer gran partido nacional, el Partido Popular de Pakistán (PPP), 43, según los últimos datos compilados por la prensa paquistaní. Pero las cifras pueden resultar engañosas en un país con 106 millones de potenciales votantes desigualmente divididos entre sus cuatro provincias autónomas y la capital federal, Islamabad. Los primeros datos que suelen llegar a la Comisión Electoral son los de las provincias menos pobladas como Baluchistán (unos cinco millones de electores) o Khyber-Pakhtunkhwa (17 millones), frente a los 55 millones de Punjab, región clave y feudo tradicional del PML, donde se libra la principal batalla electoral.

Aunque el tirón popular del PTI es innegable, resulta muy difícil evaluar su respaldo global. Durante la visita de esta corresponsal a media docena de colegios electorales en Islamabad, Rawalpindi y un distrito rural de Khyber-Pakhtunkhwa, no se detectó irregularidades notables, aunque era evidente que los simpatizantes del PTI exhibían abiertamente símbolos del partido incluso dentro de ellos y, en un caso, una activista de ese partido había dirigido el voto de un grupo de mujeres iletradas. Pero estas prácticas son también habituales en otras zonas del país donde otros grupos pueden tener mayor peso.

El recuento de los votos se inició el propio miércoles nada más cerrarse los colegios electorales, en esos mismos centros. Los presidentes de mesa debían comunicar los resultados al responsable de su colegio quien, a través de una aplicación de móvil preparada al efecto, debía comunicar los resultados a la Comisión Electoral antes de las dos de la madrugada. Mientras, los votos físicos, protegidos por el Ejército, se trasladaban a esa sede para su consolidación tras un nuevo recuento. Si coinciden, se dan por definitivos. Si hay discrepancias, se revisan.

Desde antes de que el proceso quedara interrumpido, representantes de seis partidos en varios colegios denunciaron que habían sido expulsados del recuento y que los encargados del mismo se habían negado a facilitarles los resultados, según aseguró el conocido periodista Hamid Mir en la cadena Geo.

La pataleta del PML, cuyo líder, Nawaz Sharif, fue encarcelado una semana antes de las elecciones, va más allá del enfado del perdedor. De sus protestas se han hecho eco diversas organizaciones de la sociedad civil y numerosos periodistas. Talat Hussain, presentador de uno de los magazines estrella de Geo, confió a EL PAÍS que, tras censurarle varios reportajes, los responsables de la cadena habían decidido dejar de emitir en directo su programa, Naya Pakistán. La medida sigue al bloqueo de la emisora durante varias semanas el pasado abril. Su temor, como el de otros analistas, es que el descontento produzca un estallido de violencia.