Somalia celebra las elecciones más democráticas en 47 años

Fuente: 
El Mundo
Fecha de publicación: 
08 Feb 2017

El exprimer ministro de Somalia, Mohamed Adbullahi Farmaajo, ha sido elegido nuevo presidente del país en las elecciones llevadas a cabo hoy en la capital, Mogadiscio, según ha informado la agencia Efe. La Asamblea Nacional le ha designado como nuevo dirigente del país con 184 votos, sustituyendo al presidente de transición, Hassan Sheikh Mohamud, quien ha recibido 97 votos durante la segunda ronda de votaciones. A pesar de que Mohamud era uno de los grandes favoritos entre los más de 20 candidatos que se disputaban la presidencia, aceptó su derrota evitando así realizar una tercera ronda de votación. "Hemos hecho historia, hemos emprendido este camino hacia la democracia, y ahora quiero felicitar a Mohamed Abdullahi Farmajo", ha dicho en su discurso de felicitación.

Se trata del proceso más democrático que ha vivido el país en los últimos 47 años, tras décadas arrastrando el sobrenombre de 'estado fallido'. Si bien las elecciones no corresponden a la definición que se puede entender como democrática, a efectos de que la ciudadanía no ha participado, supondrá un gran logro si se consuman la transición política pacífica y se mejora en cuestiones de la última vez que se llevó a cabo una votación fue en 1969, posteriormente llegó la dictadura precedida por un golpe de Estado, y los conflictos entre milicias de clanes además del surgimiento de grupos extremistas y de piratas.

La celebración de estos particulares comicios ha sufrido grandes retrasos debido a los temores de que el grupo terrorista Al Shabab pudiera llevar a cabo algún ataque de gran envergadura. Es por eso que, aunque en un principio más ciudades iban a acoger la votación, finalmente se ha llevado a cabo en el aeropuerto internacional de Mogadiscio. Se trata del área más fortificada de todo el país, donde se encuentra la sede de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.

Pese a todas las medidas de seguridad, ayer por la noche se reportó una intensa ofensiva en Mogadiscio protagonizada por presuntos combatientes de Al Shabab, en la que fueron lanzados varios proyectiles de mortero, "algunos de los cuales impactaron en las inmediaciones del palacio presidencial", según pudo presenciar la agencia Efe. El país amanecía también con la noticia de que otro ataque se había llevado a cabo en un hotel situado en la región semiautónoma de Puntland, en el que murieron cinco personas.

El espacio aéreo ha sido cerrado durante varias horas por orden gubernamental mientras que varias tropas de la AMISON, la Misión de la Unión Africana en Somalia, cuya encomienda fundamental es la de desmantelar las células terroristas que operan en el país, cercaron el perímetro para evitar ataques durante el desarrollo de las elecciones. Los negocios y comercios locales permanecieron cerrados desde la víspera de los comicios y durante la celebración. Por orden gubernamental, se ha recomendado permanecer en los domicilios mañana y evitar desplazamientos innecesarios.

Constante demora

Hay varios factores que hacen de estas elecciones un acontecimiento crucial para el futuro de Somalia. El primero es que la votación no está exenta de controversia: agosto debía haber sido el mes en el que los comicios se llevaran a cabo, sin embargo, los problemas de seguridad acerca de un posible ataque de Al Shabab, junto a las disputas internas por el poder, retrasaron hasta en cinco ocasiones la elecciones. Los últimos, en octubre y diciembre, fueron los más criticados y propiciaron que una de las candidatas más destacadas en la carrera a la presidencia, Fatumo Ayib, se retirase de la competición denunciando el fraude que se escondía detrás de los comicios y las luchas de poder. Del mismo modo tachó de "inconstitucional" el hecho de que se incrementase el número de representantes parlamentarios -y consecuentemente los fondos destinados a sus pagas- en un país donde la población sobrevive con menos de dos dólares al día.

Dada la magnitud de la dificultad de gobernar a un país que se estrena en democracia, donde los clanes están muy arraigados y los censos de población son prácticamente inexistentes (aunque se estima la población total en 8 millones de personas y 2 millones de exiliados), la forma de elegir al presidente carece de participación ciudadana. El presidente es elegido en debate parlamentario entre los 275 diputados y 54 senadores que lo conforman. Estos, a su vez, han sido designados por 14.025 delegados designados en función de los repartos de poder entre los diferentes clanes. El principal avance respecto a las elecciones de 2012, cuando la élite política y los principales representantes de los clanes acordaron un gobierno de transición, es que entonces únicamente 135 líderes tribales fueron los encargados de elegir al representante.

El nuevo ejecutivo tendrá la difícil tarea de lidiar con un inestable país con dos regiones que disputan su independencia, Somaliland, declarada independiente en 1991 aunque sin reconocimiento internacional, y la región semiautónoma de Puntland. Por otro lado, los nuevos miembros del gabinete se convertirán automáticamente en objetivo de los terroristas somalíes, que durante los últimos cuatro años han asesinado a casi una veintena de representantes. Según ha comunicado la agencia de noticias AP, miles de somalíes salieron a las calles para celebrar el triunfo de su nuevo presidente.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2017/02/08/589b66ffca4741ab3c8b4600....