Rafael Bustos | 07 Oct 2019
Túnez debe pasar su reválida electoral entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Entre la primera y la segunda vuelta de las presidenciales (15 de septiembre y 13 de octubre), se celebrarán las elecciones legislativas (domingo 6 de octubre). Esta reválida después de un ciclo completo de alternancia electoral en la jefatura del Estado y en el gobierno de la nación, es de particular importancia dado el creciente desencanto de la población y el obligado relevo generacional por el fallecimiento del presidente de la República, Béji Caid Essebsi. Por esta razón, OPEMAM enviará una misión de observación electoral acreditada ante la ISIE y encabezada esta vez por el investigador Bosco Govantes.
La posibilidad de que las opciones populistas salgan fortalecidas es real, incluso dándose el paradójico caso, de que uno de los aspirantes a la presidencia se encuentra detenido en la cárcel, acusado de fraude y corrupción, el magnate de la comunicación, Nabil Karoui. Este quedó en segundo lugar, detrás de un conservador profesor de Derecho Constitucional, Kais Said, que se presenta sin partido y por tanto como personalidad alejada de la clase política tunecina.
La baja participación por la fuerte caída de los electores se espera sin sopresas, pero no así el resultado electoral que puede producirse. El riesgo real después de que se conozcan los sondeos a pie de urna de las legislativas del 6 de octubre, es que el electorado haya castigado a toda esa clase política, alejándose de las urnas, y, sobre todo, dando lugar a un parlamento hiper-fragmentado donde los diputados electos se las verán y desearán para formar al menos coaliciones de 4 o 5 fuerzas políticas, si quieren tener alguna posibilidad de gobernar. Sería el caso de en-Nahda, que, de salir ganador finalmente, sólo tendría un pírrico 20% de los escaños (40 aprox.), muy lejos de los 109 necesarios para la mayoría.
En cuanto a la segunda ronda de las presidenciales, sigue totalmente abierta y sembrada de incógnitas. Los tribunales tunecinos han denegado a Karoui cualquier permiso o libertad provisional para hacer campaña. Por esa razón y ante las dudas que esto genera en el ISIE, alta instancia electoral, sobre la equidad de los comicios, el otro candidato y favorito, Kais Said ha anunciado que no hará campaña para la segunda ronda, en un gesto claro de que las elecciones prosigan sin querer sacar ventaja de la situación. Por otro lado, no hay respuesta jurídica clara a qué ocurriría si Karoui finalmente resulta vencedor el 13 de octubre.