Análisis eventual

Marruecos: La gestión del régimen y las perspectivas de continuidad de las protestas

Las movilizaciones del 20 de febrero por el cambio político en Marruecos no han tenido todo el éxito de convocatoria esperado por sus promotores. Éstos insisten en presentarlas, no obstante, como un simple punto de partida o primer ensayo de un proceso sin precedentes todavía abierto. Por lo pronto, han desencadenado un ciclo de protestas coordinadas en la mayoría de las ciudades del país, que, sin dejar de ser minoritarias, no han perdido fuelle en las dos semanas posteriores, tienen perspectivas de continuidad y han obligado a mover ficha al régimen y el conjunto de las fuerzas políticas institucionalizadas. La novedad del ciclo de contestación actual reside tanto en el contenido como en la escala geográfica. En este país han abundado las movilizaciones locales de origen socioeconómico a lo largo de la última década, la mayoría en ciudades medianas o pequeñas más o menos periféricas, pero sin tomar hasta ahora una coloración tan abiertamente política y, sobre todo, sin organizarse de forma coordinada a escala nacional y dirigirse expresamente a la transformación del marco estatal.