Abdalá II, el rey de Jordania ha ordenado la disolución del Parlamento y ha convocado elecciones anticipadas en un momento en el que las voces que piden reformas políticas y mejoras económicas se escuchan cada vez con más fuerza en el reino hachemita.
El nuevo calendario electoral prevé que las elecciones se celebren entre finales de este año y principios del que viene. El adelanto de los comicios, cuya fecha exacta está por determinar, forma parte del paquete de reformas prometido por el monarca para aplacar las protestas. El anuncio de las decisiones reales se producen sin embargo en un momento de alta tensión. Para el viernes, los islamistas en la oposición han convocado una gran marcha de protesta, que será secundada porotros grupos reformistas. Mientras, una contramarcha de leales al rey, prevista también para el viernes ha sido desconvocada a última hora ante el temor de altercados.
El brazo político de los Hermanos musulmanes en Jordania, el Frente de Acción Islámica anunció este verano que boicotearían los próximos comicios, porque se oponen al sistema electoral vigente y porque consideran que la cita electoral forma parte de cambios más bien cosméticos.
Los vientos de cambio de las primaveras árabes no han soplado de momento con excesiva fuerza en Jordania, donde sí ha habido protestas, pero casi siempre pacíficas y no demasiado multitudinarias. La crisis económica que atraviesa el reino y el recorte de algunos subsidios han alimentado sin embargo la impaciencia y el ímpetu reformista de no pocos jordanos.
En los meses que duran las protestas y al calor de las rebeliones en los países vecinos, se empezaron a escuchar en Jordania críticas al monarca y a la Casa Real. Pero a pesar de las críticas incipientes, buena parte de los jordanos considera todavía al rey Abdalá II, una garantía de estabilidad y el hombre capaz de mantener la unidad de un reino surcado por la tensión sectaria: jordanos de origen palestino por un lado y los llamados transjordanos por otro.