Túnez elige presidente a un laico y culmina su transición

Fuente: 
El País
Fecha de publicación: 
23 Dic 2014

El veterano exministro Beyi Caid Essebsi, de 88 años, ha ganado con más de 11 puntos de ventaja las primeras elecciones democráticas en Túnez para elegir al presidente de la República, celebradas este domingo. El contundente resultado y la concentración de poder que ha alcanzado su partido lo convierten en el líder que decidirá todo en el país donde se inició la primavera árabe hace cuatro años. Con la elección de Essebsi, Túnez completa la transición democrática que comenzó en 2011 con la caída del dictador Zine el Abidine Ben Alí, y que a lo largo de este año ha logrado el reto de aprobar una nueva Constitución y celebrar elecciones totalmente democráticas generales y presidenciales, algo que aún no han conseguido Egipto, Siria ni Libia, otros tres países árabes que el mismo 2011 se levantaron contra sus dictadores.

Nidá Tunis, el partido que se inventó Essebsi hace dos años, presenta como resumen y garantía de su programa la longeva carrera de su líder. Su ideario es conservador y secular, pero él se declara discípulo de Habib Burguiba, el dictador que firmó la independencia de Túnez, aunque en su versión actualizada y demócrata.

Los datos oficiales facilitados en la tarde de este lunes conceden la victoria sin paliativos a Essebsi con un 55,68% de los votos (1.731.529) frente al 44,32% (1.378.513) que cosechó el médico activista pro derechos humanos Moncef Marzuki. La tasa de participación se cifró en esta segunda vuelta de las elecciones en el 59,04% frente al 64,4% de la primera.

El portavoz de Nidá Tunis avanzó que ahora se dedicarán a formar el nuevo Gobierno, “porque no hay tiempo que perder”, tras haber ganado también en las legislativas de octubre 86 escaños de los 217 en disputa.

Los partidarios de Marzuki expresaron en las calles de algunas ciudades del sur su descontento, y ahora podrían presentarse recursos que dilatarían algo el proceso para arrancar esta nueva fase de la transición democrática en Túnez. Los analistas y los países vecinos observan con mucha atención cuál será el comportamiento en el poder de Essebsi y algunos de sus colaboradores. Durante la campaña se le ha cuestionado, sobre todo, por representar la amenaza de una posible vuelta al pasado y a los regímenes dictatoriales de Ben Alí y de su admirado Burguiba.

Hitos de la transición

  • 14 de enero de 2011.Ben Alí se exilia en Arabia Saudí tras semanas de manifestaciones, poniendo fin a 23 años de dictadura en Túnez.
  • Octubre de 2011. El partido islamista Ennahda, en clandestinidad durante la dictadura, logra el 40% de los sufragios en las elecciones constituyentes y forma Gobierno.
  • Agosto de 2013. La Asamblea Nacional Constituyente suspende las actividades parlamentarias. El asesinato de dos líderes izquierdistas agrava la tensión política. Un año después, el Estado Islámico reclama la autoría de estos atentados.
  • Enero de 2014. El Parlamento aprueba la primera Constitución de la democracia tunecina.
  • Octubre de 2014. El partido laico de Essebsi consigue la mayoría en las legislativas.

Essebsi no tiene recato en proclamarse “producto de la escuela Burguiba, pero no su heredero”. Argumenta que en aquella época, cuando el patriarca llegó al poder, en Túnez había muchos analfabetos y pobreza, y entiende que tuvo que emplearse de “manera severa pero honesta para crear un Estado nuevo, generalizar la enseñanza y la salud, liberar a las mujeres y poner los cimientos del Estado”.

El nuevo líder de Túnez asegura que tiene varios planes para arreglar la situación política, económica y diplomática del país. “Yo sé sobre eso y lo haré”, asegura. Essebsi estuvo al cargo de varios ministerios durante 21 años, desde Interior a Exteriores, fue embajador en numerosos países, y también ostentó cargos en el Parlamento con Ben Ali. La base de su ideario es modernizar el Estado con personas bien preparadas, tecnócratas en los puestos clave de una Administración del siglo XXI como la de los Estados occidentales. Ante el futuro, confía en obtener resultados de un programa educativo nuevo para los jóvenes —llamado Esperanza— que actualice esos criterios.

Túnez vive el fenómeno del terror en la región muy de cerca. Tiene de vecinos a Libia, en pleno caos, y a Argelia, con grupos terroristas en vigor cerca de su frontera. El Estado Islámico acaba de amenazar al país para que asuma la ley islámica. Essebsi anuncia que será duro en clave interna, y hacia afuera culpa de la situación en Libia a Muamar el Gadafi, “que dejó armas para blindar 10 o 15 países”, y ahora promoverá una reunión en Túnez de los vecinos afectados por el desastre libio (Egipto, Argelia, la propia Libia, Malí y Níger) para jugar el papel de árbitro. Aboga por evitar una intervención extranjera.

Essebsi montó hace dos años Nidá Tunis con exdirigentes políticos, sindicales e intelectuales de centro, de derechas y de izquierdas que se unieron sobre todo para desbancar a los islamistas de Ennahda. Esa obsesión por erradicarlos ha cambiado, y ahora es más realista. No quiere gobernar con ellos, porque sería difícil de digerir para sus bases y votantes, pero tampoco exterminarlos: “Ennahda es una realidad. Debemos organizar la vida juntos. La represión sistemática contra ellos desde 1989 fue un error. Yo, personalmente, les garantizo su seguridad. Deben ejercer la política dentro de la ley y como los demás”.

Javier Casqueiro

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/22/actualidad/1419...