Fuente:
OK diario
Fecha de publicación:
03 Jun 2019
Es posible que nuevas transformaciones estratégicas en la región árabe puedan tener efectos más allá del enfrentamiento con Irán.
Las cumbres de emergencia árabes y del Golfo en La Meca demostraron los cambios políticos y estratégicos en la región al enfrentar las crecientes tensiones provocadas por el comportamiento de Irán.
Un factor clave para esta transformación es la actitud inequívoca del liderazgo saudí hacia la amenaza iraní, ya que denunció los actos "criminales" y "terroristas" de Teherán durante las dos reuniones del 30 de mayo y la cumbre del 31 de mayo de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y llamó a la acción regional e internacional para enfrentar el desafío.
En su discurso ante la cumbre árabe, el rey saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud advirtió que Irán "amenaza la seguridad y la estabilidad de nuestros países e interfiere en sus asuntos". Subrayó que "el hecho de no tomar una posición disuasiva y firme para enfrentar estas prácticas terroristas del régimen iraní en la región es lo que la ha llevado a persistir en sus acciones y a escalarlas en la forma que vemos hoy".
El rey Salman pidió a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad con respecto a "la amenaza a la paz y la seguridad internacionales planteadas por las prácticas de Irán y su patrocinio de actividades terroristas en la región y el mundo, y que utilice todos los medios para disuadir a este régimen y limitar su expansionismo"
La declaración final de la cumbre árabe culpó a Irán por el deterioro de la situación de seguridad en la región. Hubo objeciones al comunicado final de Irak cuando el presidente Barham Salih advirtió sobre las repercusiones de la guerra a gran escala "si la crisis actual no se maneja con cuidado".
Los líderes árabes destacaron el derecho de Arabia Saudí a defender su soberanía y consideraron los ataques de los hutíes respaldados por Irán como una amenaza para la seguridad nacional árabe.
Instaron a la comunidad internacional a que adopte una postura firme contra Irán por los ataques a las instalaciones petroleras en Arabia Saudí el 14 de mayo y el sabotaje de buques en la costa de los EAU el 12 de mayo.
La cumbre del Golfo condenó los ataques de los hutíes, que dispararon 225 misiles y realizaron 155 ataques con aviones no tripulados contra Arabia Saudí. Condenó las operaciones de sabotaje en embarcaciones en aguas de los EAU.
La cumbre también destacó la adhesión de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) al Acuerdo de Defensa Conjunta, que considera cualquier ataque contra cualquiera de ellos como un ataque a todos los países miembros.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, en una conferencia de prensa posterior a la reunión, señaló que la cumbre árabe envió un "mensaje muy firme a cualquiera que interfiera en los asuntos del Golfo o ataque a los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí". Añadió que el consenso claro es que "la seguridad del Golfo es una dimensión de la seguridad nacional árabe".
Los líderes en la cumbre parecían dispuestos a sacar conclusiones prácticas, incluso a nivel militar, con respecto a la amenaza iraní.
Aboul Gheit dijo que "los acontecimientos y los acontecimientos pueden llevar a darse cuenta de la necesidad de crear una fuerza árabe conjunta, ya que las presiones generan reacciones". El secretario general de GCC, Abdul-Latif al-Zayani, en la misma conferencia de prensa, advirtió de que1, en el caso de GCC, "el sistema de comando y defensa conjunta ya está en marcha, de hecho".
Fuentes en las cumbres confirmaron que los líderes asistentes se acercaron a un plan estratégico común para enfrentar las amenazas iraníes y que la hoja de ruta tomaría en consideración el apoyo de EE. UU., pero sería más autónoma a nivel regional.
Mohamed al-Hammadi, editor en jefe del periódico emiratí Al Roeya, comentó que existe una creciente conciencia de que la región ya no puede permitirse posiciones ambiguas con respecto a las amenazas iraníes.
Al aludir a la ambivalencia iraquí y qatarí sobre Irán, señaló que "los líderes árabes han enfatizado la necesidad de alejarse de posiciones equívocas".
Los analistas dijeron que el éxito de la cumbre fue galvanizar la determinación árabe para enfrentar el desafío iraní.
El analista político jordano Raafat Ali manifestó que: "tanto la cumbre árabe como la del Golfo se han elevado al nivel de los desafíos y, en una muestra de unidad sin precedentes, acordaron enfrentar las amenazas iraníes".
La pregunta sigue siendo si las posiciones casi unánimes de las dos cumbres obligarán a Irán a revisar sus políticas.
El experto en asuntos árabes egipcios, Sabri Azzam, subrayó que las decisiones anunciadas en las cumbres "transmiten señales que Irán no puede ignorar para no llevar a la región a graves riesgos por los que Teherán será el primero en sufrir las consecuencias".
Es posible que nuevas transformaciones estratégicas en la región árabe puedan tener efectos más allá del enfrentamiento con Irán y conducir a un nuevo enfoque en las relaciones árabes en general.
Daniel Abascal | atalayar.com