El bipartidismo se abre paso en Marruecos

Fuente: 
El Mundo
Fecha de publicación: 
08 Oct 2016

 

Tal y como se vaticinaba, el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ganó ayer las elecciones legislativas de Marruecos, las segundas desde que se reformase la Constitución en 2011 tras las revueltas de la Primavera Árabe. Con un total de 125 escaños de los 395 en juego en la Cámara Baja del Parlamento, según las cifras difundidas por el Ministerio de Interior, el PJD consiguió revalidar el Gobierno. No obstante, los liberales del Partido de Autenticidad y Modernidad (PAM), cercanos a la monarquía, obtuvieron 102 escaños. Un resultado muy satisfactorio para la agrupación liderada por Ilyas El Omari, que sumó 55 asientos más que la pasada legislatura. Las cifras plasman un escenario político inédito en Marruecos, cuyo sistema se construye ya en torno a dos grandes partidos. Las formaciones restantes han quedado debilitadas. La presencia parlamentaria del histórico Istiqlal se reduce prácticamente a la mitad respecto a las anteriores legislativas y el socialismo queda totalmente derrotado. La revelación ha sido la alianza Federación de Izquierda Democrática (FGD, en sus siglas en francés), heredera del espíritu de la Primavera marroquí, que consigue dos diputados.

 

En esta "fiesta de la democracia", el líder del PJD, Abdelillah Benkirán, aseguró en la sede de su partido en Rabat que "el pueblo marroquí se ha reafirmado como un gran pueblo, que merece contar entre los Estados democráticos". Anunció su victoria antes de que el ministro de Interior, Mohamed Hassad, comunicase los resultados provisionales, una cuestión que no ha gustado nada a Interior, un Ministerio que depende directamente de Palacio.

 

Bernabé Lopez, catedrático de Historia del Islam Contemporáneo de la Universidad Autónoma de Madrid y observador acreditado por la Opemam para las elecciones marroquíes, aseguró a EL MUNDO desde Rabat que con estos resultados "queda demostrada la bipolarización de la escena política de Marruecos y lo difícil que se lo pueden poner al PJD". Tanto el partido islamista como el liberal se han distanciado de todos sus rivales, aunque la clave del próximo Gobierno la tendrán las coaliciones que se formen hasta llegar a los 198 escaños necesarios para obtener la mayoría.

Por otro lado, el analística político marroquí Abderrahim Chalfaouat cree que el PJD podrá forjar alianzas, mientras critica al PAM: "Viene de la Administración y no es ninguna entidad ideológica". Y es que en el anterior mandato, este partido cuyo fundador es consejero del rey, "intentó sembrar las raíces de la oposición sin éxito", asevera a este diario el profesor de la Universidad Hassan II e investigador en el Centro marroquí de Estudios Contemporáneos.

 

Abderrahim Chalfaouat pronostica que la futura coalición "estará formada por cuatro partidos, donde los islamistas se aliarán con Istiqlal, el Movimiento Popular y el Partido del Progreso y el Socialismo". López señala sin embargo que "todo dependerá de lo que dicten desde arriba".

 

El partido vencedor de las elecciones denunció fraude. No obstante, el Ministerio del Interior desmintió las acusaciones y los observadores internacionales reafirmaron ayer, en una rueda de prensa, que los comicios se habían organizado de una manera "totalmente transparente". Así lo reitera López, añadiendo que "el fraude no es necesario ya que usan otros métodos desde hace unos meses para comprar los votos".

Pero la victoria en las urnas de los islamistas es muy relativa cuando se tiene en cuenta el alto nivel de abstención. Sólo votó el 43% de los marroquíes registrados para ejercer su derecho a sufragio, siendo la cifra de participación una de las más bajas de la Historia del reino alauí. La clave la daba Intissar, una joven militante del Partido Socialista Unificado, que aseguraba tras depositar su voto el viernes que "una gran parte de los marroquíes no van a votar porque han perdido la confianza en el sistema, debido a que el Estado corrompe la política creando partidos a su imagen y semejanza".

 

 

Una idea resume estos comicios: la indiferencia por saber que todo está controlado por el llamado majzen, es decir, por el aparato del Estado. Entre el olor del cuscús entremezclándose con el rezo del mediodía del viernes, Marruecos fue un país donde "no parecía que hubiese elecciones", concluye Bernabé López.

Isaac J. Martín, El Mundo: http://www.elmundo.es/internacional/2016/10/09/57f92658e2704ec7038b467f....